Imagen: Vogue
Hoy, tener talento ya no es suficiente. En un sector tan visual y competitivo como el de la belleza, una marca personal sólida y auténtica puede marcar la diferencia entre ser una profesional más o convertirse en una referencia para clientas, marcas y colaboraciones.
No se trata de fingir ni de seguir tendencias vacías. Se trata de construir una presencia única, coherente y emocionalmente conectada con tu público, desde cómo te comunicas hasta cómo se siente una cita contigo.
Aquí te mostramos cómo crear una marca personal magnética que atraiga, fidelice y crezca contigo.
1. Define tu esencia: ¿quién eres y qué representas?
Antes de pensar en logos o colores, responde estas preguntas:
- ¿Qué te diferencia de otras profesionales?
- ¿Qué valores quieres transmitir? (ej. cercanía, elegancia, empoderamiento, creatividad)
- ¿Cómo quieres que se sientan tus clientas después de una cita contigo?
Ejemplo:
“Soy una facialista enfocada en bienestar consciente, donde cada sesión es un ritual de cuidado y desconexión.”
“Soy una MUA que mezcla color, arte y técnica para que cada clienta se sienta poderosa y única.”
Tu esencia será la base de todo tu branding.
2. Elige un nombre (o identidad) que puedas sostener
Si trabajas con tu nombre propio, busca una forma clara, fácil de recordar y de pronunciar. Si usas un nombre comercial (como un estudio), asegúrate de que:
- Tenga significado emocional o cultural
- Sea corto, memorable y con estilo
- Se sienta alineado con tu personalidad y tu público ideal
Tip: Verifica que el dominio web y las redes estén disponibles antes de decidir.
3. Construye tu branding visual
Tu imagen comunica antes que tus palabras. Asegúrate de tener una identidad visual clara, coherente y bien cuidada en todos tus canales:
- Paleta de colores
- Tipografía
- Logo o nombre estilizado
- Estilo de fotografía
- Mood general (sensual, relajado, minimalista, vibrante…)
Consejo: invierte en una plantilla profesional para Instagram y agenda una sesión de fotos con buena luz natural y estética cuidada.
4. Domina tu storytelling: cuenta tu historia con intención
Tu historia personal es parte de tu marca. Las clientas quieren saber quién está detrás del servicio. Crea contenido que muestre:
- Por qué haces lo que haces
- Cómo llegaste a donde estás
- Qué te inspira y cómo es tu proceso
- Testimonios reales de transformación y conexión
Formatos recomendados:
- Carruseles con frases clave
- Reels detrás de escena
- Posts que muestran tu día a día con propósito
- Videos hablando directamente a cámara
5. Sé consistente en tu presencia digital
No necesitas estar en todas las redes, pero sí debes estar bien donde estés. Define los canales que más usas (Instagram, TikTok, WhatsApp Business, Pinterest) y asegúrate de:
- Publicar con regularidad
- Mantener el estilo visual coherente
- Responder mensajes con calidez y profesionalismo
- Compartir valor (tips, contenido educativo, inspiración) sin vender todo el tiempo
Bonus: Incluye llamadas a la acción claras (“Agenda tu cita”, “Guarda este consejo”, “Comparte con tu clienta ideal”).
6. Crea una experiencia de marca, no solo un servicio
La verdadera marca personal se construye también fuera de redes: en tu trato, tus detalles y la forma en que haces sentir a las personas.
Piensa en:
- Cómo presentas tu espacio de trabajo (aunque sea móvil)
- Qué música, aromas o rituales acompañan tus servicios
- Cómo das seguimiento o agradeces a tus clientas
- Qué frases o detalles repites siempre y se vuelven tuyos
La magia está en la suma de lo pequeño.
Tu marca personal no es solo tu logo ni tus fotos. Es lo que la gente siente cuando piensa en ti. Es tu energía, tu propuesta, tu historia, tu manera de transformar lo ordinario en algo inolvidable.
En el mundo de la belleza, donde la conexión es clave, una marca magnética no se impone. Atrae. Y cuando se construye con intención, autenticidad y amor por lo que haces, se vuelve tu mejor carta de presentación.
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