Imagen: Sensient Beauty
El 2025 fue un año determinante para el sector belleza en Latinoamérica. Las profesionales se enfrentaron a más volumen de mensajes, más competencia, clientas más exigentes y una transición acelerada hacia lo digital. También fue un año de aprendizaje: desde cómo gestionar el tiempo hasta cómo estructurar un negocio que funcione incluso cuando la profesional está en cabina.
Tras analizar cientos de comportamientos, tendencias y experiencias del sector, aquí están los 10 aprendizajes más importantes que marcaron el 2025 y que definirán la forma en que los salones crecerán en 2026.
1. WhatsApp se consolidó como el front desk principal
Las clientas ya no llaman ni preguntan en persona: escriben por WhatsApp. Alrededor del 80% de las reservas se originan en este canal, convirtiéndolo en la recepción real del salón.
Las profesionales aprendieron que:
- responder rápido es igual a vender más
- la organización de mensajes es crítica
- no tener automatización implica perder clientas
El agente de Beserva se volvió clave para absorber el volumen y evitar saturación.
2. La saturación de mensajes dejó de ser sostenible
El tiempo que las profesionales invertían respondiendo manualmente era incompatible con el ritmo de cabina. 2025 enseñó que el negocio no puede depender de que la creadora esté mirando el teléfono cada 10 minutos.
La automatización dejó de ser un lujo y se volvió una herramienta de supervivencia.
3. La profesionalización de marcas personales separó a las líderes del resto
Las marcas personales que crecieron en 2025 tenían:
- dominio propio
- página profesional
- fotos limpias y reales
- estética coherente entre WhatsApp e Instagram
No se trató solo de técnica, sino de identidad y presentación digital. Beserva ayudó a muchas profesionales a dar este salto gracias a páginas ordenadas con dominio propio.
4. Los microservicios dominaron la preferencia del consumidor
Las clientas prefirieron tratamientos de 20 a 40 minutos:
- faciales exprés
- drenaje suave
- laminado natural
- uñas pulidas
- hair glossing
- cejas “fluffy but structured”
La vida acelerada y la búsqueda de bienestar rápido transformaron la demanda.
5. Experiencias sensoriales marcaron la diferencia
La competencia aumentó, y las clientas empezaron a valorar los detalles:
- aroma neutro
- toalla tibia
- música suave
- hablar menos, cuidar más
Las microexperiencias de 2 minutos elevaron el valor percibido de cualquier servicio.
6. La claridad en precios y políticas se volvió imprescindible
Las clientas ya no aceptan confusión. Quieren saber:
- cuánto cuesta
- qué incluye
- cuál es la política de cancelación
- cuánto es el anticipo
- cómo pagar
- cómo prepararse
Los salones que comunicaron esto de manera automática generaron menos fricciones y más confianza.
7. La recurrencia es más importante que la adquisición
Los negocios que tuvieron mejor año no fueron los que más viralizaron contenido, sino los que fomentaron recurrencia mediante:
- recordatorios automatizados
- seguimiento post-servicio
- membresías
- servicios de mantenimiento
Los flujos automáticos de Beserva ayudaron a estabilizar ingresos mes a mes.
8. La percepción de profesionalismo aumentó el ticket promedio
Las clientas pagaron más a profesionales que ofrecían:
- página profesional
- dominio propio
- agenda clara
- mensajes ordenados
- estética coherente
La presentación digital se convirtió en un factor clave de precio.
9. El bienestar emocional se volvió un motor de demanda
El 2025 fue un año emocionalmente cargado para muchas personas. Las clientas buscaban espacios de calma, desconexión y cuidado.
Los salones que ofrecieron rituales suaves, tratamientos relajantes y espacios minimalistas sensoriales estuvieron completamente reservados.
10. La tecnología dejó de ser un complemento y se convirtió en la base operativa
El mayor aprendizaje fue que la tecnología no reemplaza al profesional: lo amplifica.
Dejó claro que:
- la automatización convierte mensajes en citas
- la agenda inteligente llena huecos
- los pagos automáticos evitan pérdidas
- el dominio propio mejora conversión
- los flujos automáticos sostienen el negocio incluso en horarios de baja demanda
Beserva se convirtió en esa estructura invisible que permite que una sola persona opere como si tuviera un equipo detrás.
2025 fue el año de aprender. 2026 será el año de actuar.
Los salones que mejor rendimiento tuvieron fueron los que aceptaron el cambio, abrazaron la tecnología y diseñaron experiencias simples, suaves y coherentes.
2026 premia a quien entra al año con procesos, estructura y una visión clara: menos improvisación, más profesionalismo. Y la automatización será la herramienta que convierta esos aprendizajes en crecimiento real.
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