Imagen: iStock
Cálculo, percepción de valor y psicología del precio
Una de las decisiones más difíciles para muchas profesionales de la belleza y el bienestar es ponerle precio a su trabajo. Ya sea que ofrezcas faciales, uñas, masajes o maquillaje, probablemente en algún momento te has preguntado:
- ¿Estoy cobrando lo justo?
- ¿Y si mis precios alejan a las clientas?
- ¿Cómo hago para aumentar sin perder clientela?
La verdad es que el precio no solo refleja un número, sino también tu experiencia, la calidad que ofreces y la confianza que proyectas. Aquí te compartimos una guía clara para que fijes tus precios de forma profesional, rentable y segura.
1. Calcula bien tus costos reales
Antes de pensar en cuánto “se cobra por ahí”, necesitas saber cuánto te cuesta realmente ofrecer tu servicio.
Incluye:
- Productos y materiales utilizados por servicio
- Renta, luz, agua y otros gastos fijos (prorrateados por cita)
- Tiempo de preparación y limpieza
- Impuestos (si facturas o estás registrada)
- Comisiones o plataformas si usas pagos digitales
Ejemplo básico:
Si das un facial y gastas $80 en producto, tu espacio te cuesta $100 al día, haces 4 servicios diarios y dedicas 90 minutos por cliente, tu costo mínimo por servicio no puede ser menor a $150-$200.
Conclusión: no pongas precios al azar. Haz cuentas primero.
2. Define tu margen de ganancia (sin culpa)
Después de conocer tus costos, es momento de sumar el valor de tu experiencia, tu tiempo y tu capacidad.
Recomendado:
- Apunta a un mínimo del 50% al 70% de margen de ganancia real
- Considera también tu antigüedad, formación y especialización
- A mayor experiencia y resultados, mayor puede ser tu tarifa
Recuerda: cobrar bien no es abusar, es sostener un negocio saludable y profesional.
3. El precio comunica valor (y posicionamiento)
Tus precios no solo pagan tus costos: comunican tu valor en el mercado.
- Precios muy bajos pueden generar desconfianza: “¿por qué tan barato?”
- Precios demasiado altos sin justificación pueden alejar a clientas
- Precios equilibrados y justificados atraen al cliente ideal
Bonus: acompaña tus precios con un lenguaje claro y elegante.
Ejemplo: “Facial personalizado con activos naturales y técnica holística – $850”
(Suena más valioso que “limpieza facial – $400”)
4. Usa la psicología del precio a tu favor
Pequeños cambios pueden influir mucho en la percepción del valor:
- Los precios terminados en .00 o .90 proyectan profesionalismo
- Evita precios tipo “$399” si buscas una imagen premium
- Ofrece paquetes con nombres atractivos: “Ritual de renovación”, “Glow express”
- Crea escalas de precios (básico / premium / exclusivo) para aumentar ticket promedio
No se trata de engañar, sino de comunicar con intención.
5. Aprende a aumentar sin miedo (ni disculpas)
Es normal ajustar tus precios con el tiempo, sobre todo si:
- Te has formado o especializado más
- Has invertido en mejores productos o herramientas
- Tu demanda ha crecido
- Tu agenda se llena con frecuencia
Consejos para comunicar aumento:
- Avísalo con 1 mes de anticipación
- Agradece la confianza de tus clientas y explica que es parte de tu evolución profesional
- Ofrece opciones de prepago o paquetes a precio actual por tiempo limitado
Recuerda: una clienta que valora tu trabajo, entiende que subas tus precios.
Fijar precios con confianza no es solo una decisión financiera, sino también emocional y estratégica. Cuando cobras lo justo, te posicionas mejor, trabajas con más enfoque y te sientes más segura. Y eso, a largo plazo, atrae más y mejores clientas.
Tu talento vale. Tu energía también. Y aprender a cobrar bien es parte de crecer con amor propio y visión empresarial.
Al iniciar sesión, estás aceptando los términos y condiciones de Beserva. Asegúrate de revisarlos detenidamente.